miércoles, 6 de abril de 2011

El perdón


Fui creando la maraña de mi vida, y tú, alma pura, te cruzaste en mi camino y en silencio me seguiste.
Mi mente y su locura se cruzaron en tu vida, y tú, ciego de amor, engalanabas mis desdichas con mañanas de rosas esparcidas por mi lecho.
Sombríos tus ojos por la pena, pintabas tu amor desesperado…
¡Y cada pincelada era un beso!
¡Y cada color un suspiro!
¡Y cada trazo un lamento!
¡Y cada paisaje acabado…un sufrimiento!
Te herí, pero no era yo.
Te humillé pero no era yo.
Mucho me tenías que querer, porque en la densa neblina de mi mente, bañabas mi rostro de lágrimas amargas.
Al menor movimiento. Al pequeño suspiro. O al leve susurro de mis desvaríos… Allí estaban tus brazos abrazando los míos.
En velas las noches…
Y te despreciaba, pero no era yo.
Y te maltrataba, pero no era yo.
Ahora ha vuelto la cordura a mi desvalida mente; se ha desenredado la maraña que me tuvo prisionera.
Se han abierto las jaulas y ya libre, he soñado mis sueños; los míos, los míos y los tuyos, los tuyos y los míos…los nuestros…
¡Ahora te pido perdón porque estuve ausente!
¡Ahora te pido perdón por dejar de amarte!
¡Ahora te pido perdón por no comprenderte!
¡Ahora te suplico, amor, que vuelvas a amarme!
¡Ahora mi anhelo es sólo quererte!
¡Ahora me duele mi desgarrado corazón, por no encontrarte!



M. Manrique Enero 2011

No hay comentarios: